Marión llevaba dos horas sentada en el suelo del pasillo. Su espalda recta contra la pared, la cabeza levemente ladeada hacia la izquierda y su mirada fija en un punto imaginario, la rodeaban de un aura que discrepaba horriblemente con su mundo interno.
Todo parecía
Un papel en esta vida lo era todo. Ella para variar no recibía ninguno. "Quizás sea a causa de tu mirada" le habían dicho alguna vez "parece carente de un todo" y junto a ello se habían derrumbado todas sus esperanzas. Un actor no podía permitirse tal sacrilegio, debía sacar el papel adelante. Creerse totalmente el cuento. Aún así, allí estaba otra vez, sentada en el frío suelo del pasillo.
-¿Como se tardan eh?- la voz provenía de algún punto a su costado derecho. -Mmm- fue su rápida respuesta. Y es que realmente, esas horas, en comparación a toda una vida no eran nada.
-¿Faltará mucho?- No le sorprendió notar en la voz un deje de enojo. Y es que ella alguna vez ya lo había sentido, o mejor dicho, alguna vez lo había sentido todo mientras que ahora no sentía nada. ¿De qué sirve un actor derrotado? cada vez que entregaban la lista con el reparto ella no veía su nombre escrito, como si la vida se empeñara en demostrarle una y otra vez que no tiene lugar en el mundo, que forma parte de aquel selecto grupo que no sirve para nada. ¿De qué sirve un actor sin personaje? El estatus y los estudios se desvanecen en el aire si la idea central, aquella que forma lazos entre la propia vida y el mundo, no está presente.
-Me estoy cansando- Su voz coincide con el crujir de la entrada. Una mujer de cabellos rojos se asoma por el marco. Por fin Marión se voltea y observa el mudo transitar de sus compañeros actores que se reúnen junto a la puerta. Allí, como aves rapaces esperan impacientes que la punta metálica de los chinches mastique la madera- Tic, tic, tic, tic. Cuatro veces escucha el sonido y tres veces piensa ¿De qué sirve un actor sin un papel? la cuarta vez lo dice en un hilo de voz que logra atravesar el gentío hasta llegar a oídos de la pelirroja.
-Nada. Sólo estorba- ya libre de angustia baja la mirada. Seguramente en esa lista no está su nombre.
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